sábado, 14 de junio de 2008

La isla desierta de Roberto Arlt

Texto: http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/arlt/la_isla_desierta.htm

Obras de tearto escritas por Roberto Arlt


El Humillado (1932)
Adaptación teatral de uno de los capítulos de Los siete locos.

300 millones (1932). Buenos Aires: Talleres Gráficos Rañó, 1932

Prueba de amor (1932). Buenos Aires: Talleres Gráficos Rañó, 1932
Esta pieza teatral fue escrita al comienzo de la llamada década infame.
La obra está situada en Buenos Aires la tarde del golpe de Uriburu donde se inauguran los golpes de estado en la Argentina (los textos en off narran algunos sucesos de ese día).
Los personajes de Prueba de amor son : Un novio que duda con obsesión de su novia, como la mayoría de los novios arltianos y una novia, no tan sumisa como muchas de ellas. En medio está la prueba de amor que alude a las relaciones sexuales que los novios exigían antes de casarse y era común hasta fines de los cincuenta. Pero en Prueba no es justamente el himen lo que está en juego sino el dinero, tema también recurrente en toda la obra de Roberto Arlt. La vigencia de esta pieza teatral es que aún hoy día los hombres y las mujeres siguen teniendo dificultades para relacionarse, aunque la virginidad sea solo un eco del pasado.
Prueba de amor representa el enfrentamiento de un hombre y una mujer. Pero también ellos personifican el conflicto de una sociedad hipócrita que enseña a las mujeres a ser sumisas para conseguir sus objetivos y a los hombres a ser violentos para sostener su poder. La prueba es entonces una prueba de fuerza entre las partes enfrentadas.
Si Arlt hubiera escrito esta obra en nuestros días probablemente lo hubiera hecho para la televisión. Lo hizo en 1932 cuando estaban de moda los folletines (novelas por entrega) y comenzaba a ser popular el radioteatro. (alternativateatral.com)

La juerga de las polichinelas (1934)

Un hombre sensible (1934)

Saverio el Cruel (1936)
El barrio de Palermo se verá convulsionado por la historia de Saverio, un cándido mantequero que será utilizado por un grupo de hombres y mujeres para su diversión. Los integrantes de la barra, jóvenes dispuestos a todo con tal de pasar un buen momento, eligieron como blanco a este vendedor puerta a puerta para hurdir la burla. No sin poesía y crueldad, se presume que se vivirá una historia de amor, de locura y de muerte.

El fabricante de fantasmas (1936)
Saverio el cruel y El fabricante de fantasmas, piezas estrenadas en 1836, le permitirían mostrar con precisión las relaciones entre esos fantasmas y la creación literaria. Si 300 millones hablaba de la imaginación como una posibilidad de supervivencia, sublimando las frustraciones de una existencia mediocre, El fabricante de fantasmas dio vida a los que atormentaban a un dramaturgo, ahora hasta llevarlo al suicidio. Como esos fantasmas eran a la vez el fruto de la imaginación y de los remordimientos de un escritor, la literatura se mostraba capaz de revelar las dimensiones profundas de la personalidad, a la vez que el juego entre la imaginación y la realidad convertía al autor y a sus personajes en una sucesión de máscaras sin identidad precisa. En esa idea insistiría Saverio el cruel, apelando al recurso pirandelliano del teatro dentro del teatro para conjugar una broma canallesca con la reflexión sobre la farsa de las relaciones y las ilusiones humanas y el análisis de los mecanismos del poder, hasta dar al conjunto una dimensión trágica (cervantesvirtual.com).

La isla desierta (1937)
"Roberto Arlt. A él lo que lo excede del trabajo es la rutina. Ustedes se acordarán de La isla desierta. Están en una oficina, está el gran ventanal y están soñando con el viaje, el raje. El raje tiene muchas formas: o te tomás un barco o te fumás un pucho. Rajar. Esto no lo aguanto más, es una cultura invivible. Esos son los personajes de Arlt. Hasta que llega... primero el que lo embala es el ordenanza que toca el tambor. Pequeña piecita de teatro de Roberto Arlt. Todos los empleados de la oficina empiezan a bailar, a sacarse la ropa. Es la ruptura, se vuelven salvajes y reniegan de la cultura victoriana, de la cultura burguesa. Es el strip-tease. Es esto, es una metáfora el strip-tease. Eso no va más, es mentira todo. Hasta que llega el jefe, al final de La isla, y paran todos el baile. Se dejan de reír, dejan de ser libres, "pero lo que pasa –el empleado explica– es que como se ve el río y los barcos, desde mañana vidrios ahumados". Se acabó la libertad, hay que volver a la rutina. Este es uno de los dilemas fundamentales de Arlt, que ya está cuestionando, está corroyendo los valores del discurso institucional." (Fragmento de una conferencia de David Viñas enlas Jornadas preparatorias para la creación de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo)

África (1938)
Sus cinco actos van precedidos de un exordio en el que Baba el Ciego, un "jefe de conversación", declara su intención de narrar las historias que luego conforman la obra. África se propone así como una ficción dramática que a su vez genera otras, y afirma su relación con la práctica oral del relato que Arlt había observado en el norte de África y que también inspiró los cuentos de El criador de gorilas (Teodosio Fernández)

La fiesta del hierro (1940)
El desierto entra en la ciudad (1942)
Estoy cargada de muerte
Separación feroz (1938)

Ediciones de su teatro:

300 millones y Prueba de amor, Buenos Aires: Talleres Gráficos Rañó, 1932
Saverio el Cruel. El fabricante de fantasmas. La isla desierta. 300 millones. Prueba de amor , Buenos Aires: Futuro, 1950
El desierto entra en la ciudad , Buenos Aires: Futuro, 1952 (prólogo de Mirta Arlt)
Erdosain, el Humillado,Buenos Aires: Teatro de los Independientes, 1955
Saverio el Cruel en 3 dramaturgos rioplatenses, Ottawa: Girol Books, 1994 (edición de F. Dauster, L. Lyday y G.Woodyard)
Trescientos millones y La juerga de las polichinelas, Buenos Aires: Huemul, 1982 (prólogo de Mirta Arlt)

La isla desierta (para ir a verla al teatro cuando tengan ganas)

La Isla Desierta de Roberto Arlt por el Grupo Ojcuro Teatro Ciego. Farsa DramáticaFundación Konex Centro Cultural Konex, Ciudad Cultural Konex , Sarmiento 3131, Ciudad de Buenos AiresHorarios: /Sab 21:00 hs. Entrada: $20,00 -

Todos somos ciegos en La Isla Desierta, de Roberto Arlt

Por Alejandra Portela.

Sólo treinta y dos espectadores podrán disfrutar todos los viernes en la Fundación Konex de esta novedosa experiencia que, desde la propuesta del grupo Ojcuro (Gerardo Bentatti y José Menchaca) pone en escena La isla desierta de Roberto Arlt.

Seguramente, después de compartirla, no recordarás haber vivido un ejercicio semejante. "Ver para creer" en este caso, se convertirá en "sentir para creer". Resulta difícil, en todo caso, no usar el verbo mirar, o cualquier acepción de la idea de ver. Porque es la vista, de los cinco sentidos, el único que no se podrá usar durante la hora y diez minutos que dura la obra. Es que todo ocurre en la más absoluta oscuridad.

Te puedo contar el argumento, salido de la más exclusiva prosa arltiana. En una oficina con vista al puerto de Buenos Aires, varios empleados, oprimidos por un trabajo monótono y sin futuro, alienados, escuchan durante todas las horas del día las bocinas de los barcos. Ante este sonido tienen distintas sensaciones, pero uno de ellos, Cipriano, el cordobés, saca provecho de la situación y empieza a contar historias, invitando a sus compañeros a un sueño. Imaginar que él es marinero y recorrió todos los mares del mundo.

La puesta comienza aquí a enriquecerse con sorpresas maravillosas: en una feria china sentimos a nuestro alrededor los ruidos de los carros, los olores de los canastos, de los puestos, las voces; en la selva, el frescor de las plantas, el agua del arroyo, los pasos entre las hojas; en una isla desierta, el ruido del mar, el viento. Ahora bien, los colores, las formas de los objetos, el movimiento, las sombras, los contraluces, tendremos que imaginarlo.Pues seguimos en la más oscura oscuridad. Dos cuestiones: problematizado el hecho literario, anulado el sentido de la vista, somos "voyeurs sensoriales" de un relato que nos parece dirigido únicamente a nosotros. Porque todos los demás espectadores no están, no los vemos, no los sentimos sino integrados a la escena, a la historia. Ese espectador deja de ser tal en un momento. Esta palabra, que proviene de "spectare" supone ya un mirar, un asistir con los ojos. Por eso también es cuestionable la palabra espectador. Ese momento de cruce entre lo que somos mirando y lo que seremos sintiendo se produce al ser invitados por uno de los actores a la sala. El nos guía con nuestra mano en su hombro.

Otro actor nos espera en la puerta de la sala, donde la oscuridad comienza. Con esta nueva guía, que nos va hablando a medida que avanzamos, caminamos a tientas hasta que otra mano nos espera y nos deposita finalmente en la butaca. La otra cuestión es esa incomodidad de la soledad que plantea de por sí el hecho de la oscuridad, por qué no pensar que estamos siendo observados por una lente capaz de mirar en ella.?. Eso inquieta mucho más que cualquier otra cosa.Habrá que esperar unos minutos hasta que la sala se complete con los demás asistentes. Y todo comienza.Los costados se llenan de teclas de máquina de escribir, comienzan los perfumes, las percepciones, las intuiciones, las sensualidades de lo que imaginamos.Estamos un paso más allá de la literatura, nos enriquece esa idea.

Y estamos un poco más acá de esos actores que cuando se prende la luz y termina nuestra breve "incomodidad" descubrimos que son ciegos. Y para ellos, como para esos personajes arltianos, como para nuestra hora y media sin luz, la oscuridad es para siempre.

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